La semana pasada se celebró la tradicionalísima semana de campaña en el CUC. Una semana donde las diferentes listas aprovechan para darse a conocer entre los alumnos con fiesta, revistas, carteles, propuestas y mucha energía. Esto es así desde siempre, siempre, es algo que identifica al Colegio. Cuando ingresé ya me habían contado sobre las actividades de esa semana, pero así y todo, recuerdo que me sorprendí mucho cuando caí el lunes a clases, ese lunes donde empezaba la primer campaña que iba a vivir ahi. Jamás me habría imaginado que el despliegue era tal. Carteles hasta en la vereda… «disculpe las molestias, estamos en campaña», o algo así. Cuatro listas, las cuatro con todo. Se autofinanciaban publicando revistas y vendiendo publicidad, por ejemplo. Años más tarde tuve la grata oportunidad de participar desde adentro, y hoy veo lo grandioso que fue, con apenas 15 añitos, laburar con entusiasmo, responsabilidad. Era genial, todo.
Con mucho asombro, y tristeza, me comentan que la gente del edificio del Poder Judicial que está junto al colegio hizo una denuncia por «ruidos molestos». Pueden ver la nota en Los Andes, pero en resumen es que: a pesar de que había un acuerdo entre ambas partes de tolerar los 3 eventos anuales (campaña, bautismo y primavera) que el colegio festeja, los empleados del Poder Judicial pusieron una denuncia por «ruidos molestos». La gente de Gestión Ambiental midió exceso de decibeles mientras tocaban las bandas en el cierre de campaña, pero volvieron a medir después de cortar la música y seguía sobrando ruido a los 70 db permitidos.
Me parece una estupidez de viejo cascarrabia y amargado eso de andar quejándose de actividades sanas y jóvenes como la campaña. Antes,cuando en vez de Tribunales estaba EMSE, los empleados se asomaban por las ventanas a ver y aplaudir las ocurrencias de los estudiantes. Hasta nos facilitaban su terraza para colgar banderas o arrojar golosinas con paracaídas miniaturas.
*Fotografía de Luis Peña y Lillo