Sillón ataud: truchísimo

Acá solemos mofarnos de cosas con diseño estrafalario, muebles en este caso.

Este sillón, del que supe de su existencia gracias a Decoesfera, es inmundo:

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Siga el baile siga el baile

Cuando Tomás Godoy Cruz murió, lo hizo  en una habitación apartada en su casa , mientras su esposa ofrecía una fiesta.

Según algunos solo, según otros de la mano de su hija.

La cosa es que a pesar de enviudar en ese momento la anfintriona ordenó continuar con los festejos como si nada hubiera pasado, y no decir nada hasta el día siguiente.

Dos muertes por los cortes de rutas.

Dos muertes. Natalio Porta y Gisela Bunchich. Dos historias, ambas de ambulancias que no pudieron llegar a destino por los cortes de ruta de las protestas ruralistas.

Natalio Porta, de 64 años y con una emergencia cardíaca, fue detenido en Laboulaye, Córdoba. Al no haber forma ni negociación posible que permitiera el paso de la ambulancia para poder llegar a Río Cuarto, se optó por un desvío rumbo a Villa María. Tarde.

Gisela Bunchich, 19 añitos, había sufrido un accidente de tránsito en la ruta y la ambulancia que la trasladaba fue demoradísima en Chaco. Ambulancia retenida, paciente muerto.

Velorios

El velorio es un ritual morboso y de mal gusto.

Tener a un cuerpo sin vida ahi a la vista de todos, es feo. Morboso. A mi no me gustaría que después de morirme exhibieran mi cadáver.

Y de mal gusto son las puntillas blancas, las coronas de flores, los cartelitos con letras doradas, toda la sala velatoria en sí.

Y la gente reunida. Los allegados al muerto teniendo que saludar a conocidos y no tan conocidos… ¡¡¡La exhibición del cadáver!!!

Una noche en vela, saludos por compromiso, gente que no se sabe quién es. Y lo peor llega en el momento que sellan el ataúd, esa inmunda caja de madera de lujo vulgar. … y el «acompañamiento» a 2 por hora hasta el cementerio, la «carroza» fúnebre, la «pompa» fúnebre, todo pareciera estar ingeniado para que se acentúe aun más el dolor que los afectos del muerto ya sienten por la pérdida. Además de morbo, y mal gusto, es un homenaje a la tristeza.